Argentina se retira de la COP29: la visión climática de Milei desafía la agenda global

El presidente de Argentina, Javier Milei, ordenó este miércoles la salida inmediata de la delegación argentina que asistía a la conferencia climática COP29 de la ONU en Bakú, Azerbaiyán. Desde el lunes, el evento reúne a líderes de todo el mundo para debatir soluciones al cambio climático, sin embargo, la representación argentina se retiró por orden directa de su presidente.

El medio argentino La Nación informó que funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Secretaría de Ambiente, Turismo y Deportes, liderada por Daniel Scioli, recibieron la instrucción de regresar a Buenos Aires. Una fuente del organismo precisó: «La instrucción de la Cancillería es que los técnicos regresen». Este retiro es una señal más de la resistencia de Milei frente a lo que él percibe como una agenda climática global injusta.

La postura argentina en la COP29: crítica a las regulaciones globales

Previo a su partida, la delegación argentina, integrada por cuatro representantes diplomáticos, incluido Mariángeles Bellusci, había mantenido un bajo perfil. Sin intervenciones públicas en las sesiones, el grupo emitió un comunicado para dejar clara la posición de su gobierno: «El sistema climático no debe convertirse en la imposición de reglas y compromisos a todos los países por igual, esto va en contra de los principios fundantes de la Convención Marco y de su Acuerdo de París», afirmaron los representantes.

Esta declaración alude al discurso de Milei en la Asamblea General de Naciones Unidas, donde sostuvo que la Argentina rechaza la «imposición de regulaciones» promovidas por naciones que lograron su desarrollo económico siguiendo las mismas prácticas que ahora critican. La postura de Milei se basa en que la agenda climática impone barreras que afectan más a los países en desarrollo, cuestionando la validez de culpar al ser humano como responsable central del cambio climático.

La visión de Milei sobre el cambio climático: escepticismo y postura libertaria

Durante el debate presidencial en octubre de 2023, Milei ya había marcado su distancia respecto al consenso científico sobre el cambio climático. Aclaró que no niega la existencia del fenómeno, pero sostiene que es parte de un ciclo natural en la historia de la Tierra. «Lo que yo digo es que existe en la historia de la Tierra un ciclo de temperaturas. Es decir, hay un comportamiento cíclico y este es el quinto punto del ciclo. ¿Sabe cuál es la diferencia con los anteriores? Que antes no estaba el ser humano y ahora sí», expresó Milei.

Esta opinión no sólo refleja un escepticismo sobre el rol humano en el cambio climático, sino también su rechazo a las políticas ambientales que, según él, buscan culpar y restringir el desarrollo humano.

Milei y la Agenda 2030: un rechazo a la regulación «supranacional»

En septiembre de 2023, el presidente argentino llevó su crítica a la Asamblea General de Naciones Unidas, calificando la Agenda 2030 como un «programa de gobierno supranacional de corte socialista». Para Milei, Naciones Unidas impone una «agenda ideológica a sus miembros» en diversas áreas, incluyendo las cuestiones medioambientales. Este punto de vista marca una ruptura significativa respecto a la mayoría de los países, que ven en la Agenda 2030 una guía para el desarrollo sostenible.

El escepticismo de Milei también lo llevó a ser uno de los pocos líderes mundiales en no firmar el Pacto del Futuro, un acuerdo respaldado por 193 países que propone 56 acciones para enfrentar los desafíos globales más urgentes. Al rechazar este pacto, Milei reafirmó su convicción de que los organismos internacionales están promoviendo agendas que obstaculizan el crecimiento económico de países como Argentina en nombre del ambientalismo.

El impacto de la postura de Milei en la política ambiental global

La decisión de Javier Milei de retirar a Argentina de la COP29 y su resistencia a acuerdos internacionales plantea dudas sobre el futuro del país en el escenario ambiental global. Mientras los líderes de todo el mundo buscan unificar sus esfuerzos frente a la emergencia climática, Argentina bajo el liderazgo de Milei podría encontrarse cada vez más aislada. Esta postura no sólo afecta la imagen del país en la comunidad internacional, sino que también plantea desafíos para la colaboración en proyectos globales que demandan un compromiso multilateral.

El escepticismo hacia las políticas ambientales impulsadas por la ONU y otros organismos internacionales marca una línea de acción distinta a la de gobiernos previos y establece un precedente que podría influir en las relaciones exteriores y en la recepción de Argentina en foros internacionales sobre medio ambiente y sostenibilidad.

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