El estado de Sinaloa esta enfrentando una crisis forense, pues existen más de dos mil 300 cuerpos, restos y osamentas de personas que no han sido identificadas en las fosas comunes.
De acuerdo con el colectivo de búsqueda “Sabuesos Guerreras”, en el el Servicio Médico Forense y en las morgues de casas funerarias privadas, los restos se encuentran resguardados por años sin ser identificados.
Esto ocurrió con el caso del cuerpo del joven Alberto de Jesús Verdugo Rivera, que tardaron más de 4 años para practicarle un estudio de genética forense para ser identificado oficialmente y entregarlo a sus familiares para su sepultura.
La fundadora del colectivo, María Isabel Cruz Bernal, citó que en este caso, la madre del joven desaparecido el 25 de mayo del 2020, en forma insistente, planteó a la Fiscalía General del Estado que cotejara su ADN, con los cuerpos que se fueron acumulando, durante los últimos cuatro años, pero su petición no fue atendida.
Enfatizó que hasta que presionaron demasiado, finalmente se realizaron los estudios para su identificación. Expuso que el cuerpo del joven ingresó el 2 de octubre del 2020, y durante todo el tiempo que estuvo ahí no se tomaron las muestras genéticas para ser cotejadas con las familias que tienen familiares desaparecidos.
La activista de búsqueda externó que en las celebraciones de las mesas de trabajo con las autoridades judiciales para conocer los avances de las denuncias de desapariciones, una de las peticiones mas sentidas, es el cotejo de los resultados de los ADN, con los cuerpos que se tienen como no identificados, sin que se tenga respuesta a estas solicitudes.
Cruz Bernal observó que el nuevo método de búsqueda a través de los expedientes, tiene errores y omisiones en las carpetas de investigación mezcladas y archivos que pertenecen a otras entidades federativas.
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