La manifestación es en contra de la gentrificación, sin embargo los músicos fueron reprimidos por la Policía Municipal, con jaloneos y golpes trataron de callar los instrumentos.
Cabe recordar que empresarios inmobiliarios y hoteleros han manifestado su inconformidad, promoviendo una iniciativa llamada “ola antirruido”, asegurando que lo único que busca es reducir la contaminación auditiva de las playas de Mazatlán,
“Por un lado, siento yo que está bien que se pongan horarios, que por ejemplo, si estás tocando en el lado de la playa a las tres de la mañana, hasta uno entiende que es molesto para los turistas, pero en lo que no estoy de acuerdo es que Mazatlán es la tierra de las bandas”, dijo Miguel Rubio, líder de una de las bandas que se instalan en las playas de Mazatlán.
El problema se agravó después de que el Ayuntamiento solamente autorizó permisos para 15 chirrines y 12 bandas sinaloenses, para que operen en todas las playas del puerto.
Los músicos han explicado un hecho cierto: Mazatlán, una ciudad con más de 400 mil habitantes, vive del turismo y los servicios, es prácticamente el 76 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) local, y entre esos servicios está la música.
A los músicos los contratan los turistas, no toman sus instrumentos y los hacen sonar solamente por gusto, sino que es una forma de vida y supervivencia.
“De ahí sacamos el sustento diario para nuestras familias”, dijo Samuel Ramírez, miembro de la banda Nuevo Imperio.
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